miércoles, 13 de marzo de 2019

La obesidad en los perros

El cachorro tiene un gran desarrollo y rápido crecimiento, desde el destete a los 8 o 9 meses donde llega al 80% de su desarrollo, alcanzando al año de vida su tamaño adulto, esto tiene alguna variación según la raza, pero por regla general, eso sucede la mayoría de las veces. El animal, mientras se encuentra en etapa de desarrollo, está formando hueso y músculos, como así también, el crecimiento de la piel y los órganos internos, este proceso requiere de un gran gasto de nutrientes, los cuales, son incorporados al organismo mediante la dieta, eso indica los altos requerimientos nutricionales del cachorro en su etapa de desarrollo.
Una vez adulto, ha llegado a su tamaño normal y el exceso de nutrientes que no son aprovechados por el organismo comenzarán acumularse en forma de grasas que se manifiesta en lo que conocemos como obesidad, hay razas más propensas que otras como por Ej.: el Collie y otras más hiperactivas, tienden a ser delgados como el Setter.

Si no se realiza un control adecuado de la dieta, y si el perro lleva una vida sedentaria, correrá el riesgo de volverse obeso, con los riesgos que ésta provoca, como desórdenes físicos tales como problemas cardíacos, de respiración, desórdenes digestivos y a nivel óseo, ligamentos, articulaciones, puede llegar a una artritis degenerativa.

Mientras la actividad del animal disminuye, el consumo de alimentos necesita ser ajustado para ayudar a prevenir la obesidad.

Nutrición


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En la actualidad se suele tratar al perro como si fuese un Omnívoro, deduciéndose por ello que la mejor alimentación es la que produce la industria al procesar los desechos del proceso productivo de otras industrias, en otras palabras, el alimento balanceado para perro. Dicho alimento se encuentra en una diversidad muy amplia de marcas y etapas que afirman favorece el correcto desarrollo. Cuando se decide cambiar de marca es oportuno el cambio progresivo, evitando hacerlo de forma abrupta; los alimentos nuevos deben introducirse gradualmente en un plazo de por lo menos 7 a 10 días, al cambiar la dieta, es conveniente ofrecer una cantidad menor del nuevo alimento ya que al sobrepasarse se pueden iniciar una serie de trastornos gastrointestinales o también el rechazo de la nueva dieta.
A pesar de lo anterior y ante la evidencia biológica de que es un animal carnívoro, existe una tendencia creciente a volver a alimentar a los perros con alimentación cruda, imitando a la alimentación natural. Los que siguen esta tendencia afirman que es lo que evolutivamente están diseñados los perros para consumir, y que de esta manera se logra beneficios como: mejor salud, menos olor, dentadura, piel y pelaje más saludable, etc.

Las heces pequeñas, firmes y oscuras sugieren buena digestión y una excelente absorción de nutrientes, en cambio los volúmenes grandes de heces pálidas indican una absorción medianamente óptima. Un perro sano y bien alimentado mantiene un peso regular, su pelaje brillante y manejable, una actitud y actividad general muy dinámica.

La salud de los perros, al igual que ocurre con los seres humanos, depende en gran medida del tipo de alimentación que tengan. Deben tener una alimentación rica en nutrientes y moderada en grasas.

Los alimentos industriales especiales, ya sea deshidratada o en lata, contiene todo lo necesario para la correcta alimentación del perro.

Los piensos secos ayudan a mantener la dentadura del animal limpia y libre de sarro, además suelen tener una composición más equilibrada. A la hora de elegir uno, se debe tener en cuenta la edad del perro, la raza y sus necesidades.
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Cuidados en perros domésticos


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historia de la domesticación

En el Siglo XXI, los investigadores han alcanzado un consenso casi absoluto acerca de que es muy posible que la domesticación del perro empezara más por la adaptación espontánea de este al acercarse a vivir junto al hombre que por la voluntad humana. Esto se debe a que vivir junto al hombre siempre fue ventajoso para el cánido. Un perro viviendo en una comunidad humana, aún en la Antigüedad, podía alimentarse con menos esfuerzo que uno salvaje, podía vivir en mejores condiciones y disfrutar del afecto y cuidado humano. El hombre consiguió domesticar a ejemplares de lobos, o, más probablemente, se demostró incapaz de impedir que los lobos se introdujeran en sus aldeas y tuvieran allí a sus cachorros. El perro era útil como ayuda en la caza y para defender al grupo y su morada. Poco a poco, el hombre los adaptó a sus necesidades, creando diferentes razas para las distintas labores y características ambientales y geográficas.

El hombre se dió cuenta rápidamente de los finos sentidos del olfato y el oído que tenía el perro; su olfato es más potente que del humano (su área olfatoria es 20 veces más gruesa, y en el caso del Pastor alemán con una superficie 34 veces mayor y con 40 veces más células olfatorias) y su oído es capaz de percibir sonidos muy por debajo y por encima del rango que oyen los humanos. Ventaja ésta que aumenta su utilidad para la caza y las labores de guarda. Su uso como pastor y protector de los rebaños es bastante posterior, yendo pareja a la domesticación y explotación de otros animales. Animal de costumbres sociales, que convive en grupos perfectamente jerarquizados, se adaptó a convivir con los humanos.

Enfermedades

El perro, al igual que el resto de seres vivos, es susceptible de enfermar; algunas de estas dolencias serán más propias de su especie, incluso con diversa incidencia en razas diferentes, mientras que otras son comunes con las nuestras (cáncer, diabetes, etc.). El perro puede ser una fuente de contagio de determinadas enfermedades para el hombre, aunque la mayoría de ellas no se transmiten entre ambos; por ello, y por la propia salud de la mascota, es muy importante su correcta vacunación y una desparasitación interna y externa regular.

Las enfermedades caninas pueden tener un motivo vírico, bacteriológico, parasitario, genético o varios de ellos a la vez. Entre ellas pueden citarse:

Ansiedad por separación
Babesiosis
Coronavirus
Criptorquidia
Diabetes
Displasia de cadera
Parásitos externos
Epilepsia
Parásitos intestinales
Hepatitis canina
Leptospirosis o enfermedad de Weil
Leishmaniasis
Moquillo canino o distemper
Otitis infecciosa
Parvovirosis
Piómetra
Piorrea o Periodontitis
Pododermatitis
Rabia
Reumatismo
Sarna o Escabiosis
Torsión gástrica
Tos de la perrera
Toxoplasmosis
Piodermias caninas
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Alimentos prohibidos

La Leche: Algunos perros, como algunas personas, presentan intolerancia a la lactosa. Es por ello que debe dárseles con precaución, y, a la primera reacción adversa —vómitos, diarrea— suspenderla de inmediato.
El Chocolate: Contiene una sustancia llamada Teobromina que causa intoxicación en el organismo del perro y puede ser fatal en grandes dosis.

Golosinas: Tales como frituras, caramelos, galletas; tienden a formar sarro en la dentadura del perro. Además los azúcares les hacen propensos a la diabetes. Existen golosinas especiales para ellos que inclusive protegen de la formación de sarro.

Huesos cocidos: En especial los de Pollo. Al ser triturados por la mandíbula del perro pueden formar esquirlas con puntas muy agudas, las cuales fácilmente pueden perforar el Esófago, intestino o recto provocando hemorragias internas, infección y consecuentemente mucho dolor.

Alimentos o desperdicios caseros: Se deben evitar los alimentos muy condimentados, ya que los perros son especialmente sensibles a la sal, pimienta y chile. De igual forma se deben evitar los alimentos con exceso de grasa. Los desperdicios o restos de alimentos, normalmente poco frescos deben ser eliminados. No se debe permitir que coman restos hallados en la calle, pues podría sufrir una Gastroenteritis infecciosa.

Tomate: El tomate puede afectar el sistema digestivo del perro, por lo que no es recomendable.

El Alcohol: En dosis pequeñas lo pondrán nervioso y atacarán las cosas, hiriéndose a si mismos, y en grandes dosis es letal.

Inteligencia

Los perros son apreciados por su inteligencia. La inteligencia canina es la habilidad de un perro para aprender, para pensar y para resolver problemas. Los entrenadores de perros, los amos y los investigadores no se ponen de acuerdo en un método para probar la inteligencia canina tal y como existe para los humanos, a pesar de que la misma se evalúa tradicionalmente a través de la resolución de laberintos.


Border Collie
Ciertas razas, como Border collie y Golden retriever, son por lo común más fáciles de entrenar respecto a otras como los perros de caza y de trineo, aunque hay excepciones. Aún el perro más introvertido, distraído y flojo puede obedecer más fácilmente el entrenamiento que, por ejemplo, un Gato. La habilidad de obedecer y aprender sin embargo no es la única medida de la inteligencia.
Por su naturaleza sociable entienden la estructura social y las obligaciones, y a menudo aprenden rápidamente cómo comportarse con otros miembros del grupo, ya sean perros o humanos. Son fieles amigos del hombre, por su lealtad y fidelidad desde varios años se celebra el Día internacional del perro en homenaje a estos caninos.

Los perros adultos modelan a sus cachorros mediante correcciones (auditivas o físicas) cuando no se comportan de la forma esperada y con premios si tiene comportamientos aceptables (jugando con ellos, alimentándolos, limpiándolos, etc.). Son animales que tienden a usar guaridas en el momento del parto y al criar los cachorros, así que pueden aprender fácilmente comportamientos como mantener su lugar limpio y aceptar estar en un área cerrada como es el caso de una jaula temporal para transporte u otro lugar cerrado.

Algunas razas han sido continuamente seleccionadas a lo largo de cientos o miles de años por su capacidad de rápido aprendizaje, mientras que en otras razas, esta cualidad ha sido relegada en favor de otras características como son la habilidad de correr, perseguir, cazar o de pelear con otros animales. Sin embargo, la capacidad de aprender obediencia básica -y eventualmente comportamientos complejos- es inherente en todos los perros. Los amos deben ser simplemente más pacientes con algunas razas que con otras.

Se podría ver la habilidad de aprender rápido como un signo de inteligencia, aunque también se podría afirmar que es un signo de servidumbre ciega y que la verdadera inteligencia de los perros está en razas tales como el Husky siberiano, que no está particularmente interesado en complacer a sus amos, pero si está fascinado con las innumerables posibilidades de escapar a los campos o de atrapar y matar pequeños animales.

Los perros guías deben aprender un número enorme de órdenes, entender cómo comportarse en una gran variedad de situaciones y reconocer riesgos o peligros a su compañero humano, frente a alguno de los cuales nunca se han enfrentado con anterioridad.

Algunas pruebas de inteligencia son la habilidad de reconocer un vocabulario extenso, otras pruebas tienen que ver con el deseo y la habilidad de responder a diversas situaciones.

Debe señalarse también en cuanto al comportamiento canino, que muchas de las conductas indeseadas, como actos violentos o malas costumbres, son la muestra de comportamientos desarrollados por razones tales como: falta de actividad (como puede ser caminatas o deportes caninos), ausencia de disciplina, entrenamiento o educación irresponsable por parte de los propios amos.
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